Eva Robert es une artista versátil y tiene en su repertorio la mayoría de la literatura clásica de órgano. Grandes formas del romanticismo tardío y del siglo XX son probablemente sus pasiones más grandes. Por lo tanto, con entusiasmo elige obras de F.  Mendelssohn, J. Reubke, C. Franck, J. Rheinberger, M. Reger, S. Karg-Elert, Ch. M. Widor
o L.Vierne.

 

Sin embargo, en las últimas decenas de años, sus intereses se han enfocado más hacia la música del siglo XX y XXI, incluyendo tanto los clásicos -  J. Alaine, M. Durufle, R. Langgaard o O. Messiaen – como autores menos conocidos de varios círculos culturales. Durante el mismo periodo, quedó fascinade por la música jazz – interés que comparte con su hijo Michal – y comenzó a interpretar más y más piezas que tienen su origen en jazz, blues y negro spiritual.

 

En su cuenta tiene varias decenas de obras hechas para y dedicadas a elle, y uno de los proyectos en el que está trabajando actualmente se titula «Music Of My Friends (Música de mis amigos)». Es un programa de aproximadamente 70 minutos que consiste de – dependiendo de las especificaciones del instrumento – obras de M. Sawa, M. L. Takle, F. Pettersson, R. Krasnovsky y T. Dyrud. Constituye una combinación muy interesante de estilos de composición diferentes que le permite al artista revelar todas las cualidades del instrumento.

 

Otro de los proyectos actuales de Eva Robert es un programa, como el anterior, de unos 70 minutos, titulado «The Well Syncopated Organ (El Órgano Bien Sincopado)», que consiste estrictamente de obras inspiradas en jazz, blues y negro spiritual. El programa disfruta de una inmensa acogida por parte de la audiencia y es muy aplaudida mientras es interpretada.

 

Cuando tiene a su disposición órganos grandes, Eva Robert escoge con mucho gusto «Messis» de Rued Langgaard (1893-1952) – un autor danés muy interesante y fructífero. «Messis» (El Tiempo de la Cosecha) es una obra religiosa enorme, de casi dos horas, basada en citas bíblicas, y dividida por el autor entre tres «noches». Al final de la primera parte, aparece una simple pero dramática parte coral. A pesar de su gran tamaño (la pieza es interpretada con dos pausas cortas), la audiencia queda hechizada hasta el final por el lenguaje musical muy específico, comunicativo y expresivo de Langgaard, y escuchar la obra entera es sin duda una magnífica experiencia artística. Eva Robert ha interpretado este trabajo en múltiples ocasiones en Polonia, Suecia, Dinamarca, Letonia y Noruega.

 

Eva Robert tiene en su repertorio conciertos para órganos con una orquesta, pero aquí también apuesta por la promoción de obras contemporáneas, menos conocidas a los que frecuentan las salas de conciertos. Aparte de conciertos populares de Haendel, Haydn, Mozart y Poulenc, el artista toca con mucho gusto obras de M. Sawa, G. Bovet y M. L. Takle, cuyo «Concierto para órganos y orquesta» (dedicado al artista) interpretó por primera vez en 2015 con la orquesta de la Filharmónica Báltica en Gdańsk bajo la batuta de David Hill.

 

El gran Nicolas Harnoncourt escribió en su fantástico libro «Musik als Klangrede (La Música como Discurso Sonoro)»: «Entonces ha ocurrido una paradoja: uno se ha alejado de la música contemporánea, porque le preocupaba, como probablemente debería haberlo hecho. Uno se volvió hacia la música antigua, encontrando en ella la belleza y la armonía deseadas». Eva Robert está completamente de acuerdo con este punto de vista. Sin renunciar a la posibilidad de ofrecer a los oyentes la música antigua y «hermosa», sin embargo se concentra más en la música hecha ahora mismo que puede (y debe) «preocupar», o incluso «asustar», como decía Harnoncourt.